Comentario de Noa Lois Sandá, 4º ESO B sobre a obra de J.D. Salinger, El guardián entre el centeno.
Cuando decidí leer “El guardián entre el centeno” no tenía
ni la menor idea de qué trataba. Tras leerlo comprendí que lo importante de la
historia no es lo que le ocurre a Holden en tres o cuatro días sobre los que se
habla sino su forma de ver el mundo.
Holden es un chico de unos 17 años un tanto marginado y un
poco cínico y que, como muchas otras personas, no comprende la sociedad en la
que vive, ve a las personas seres que aparentan tener lo que anhelan, personas
falsas que fingen ser felices.
Tras terminar el libro, comprendí que el propósito de las
reflexiones de Holden es hacernos pensar qué es lo que nosotros queremos en
nuestra vida. El protagonista tiene un temperamento peculiar, busca
principalmente las cosas buenas de la gente pero todo lo anterior desaparece
cuando te da una visión distinta de esas personas.
En mi opinión el libro está muy bien escrito, a ratos no
entendía lo que decía el autor, es decir,
hacía que Holden reflexionara sobre cosas sin importancia, al menos
hasta que comprendí que lo que leía era filosofía convertida en reflexiones.
Tiene un lenguaje juvenil y es muy repetitivo en ciertas
expresiones como “ja” y “y eso” al final de numerosas frase. Sin embargo, una
se acaba acostumbrando y comprendes que es una forma de expresión del
personaje.
Considero que es un libro que “no pasa de moda”, es decir,
que tanto en 1951 como en 2016, la sociedad no ha cambiado en gran medida y,
además, la mentalidad de su protagonista es la misma que la de cualquier
persona de 17 años, pasen los años que pasen. Considero que tiene un carácter atemporal.
Es un libro muy fácil de leer ya que su filosofía está
añadida muy discretamente y el lector o lectora no se da cuenta. Es un libro
corto y divertido que provoca numerosas carcajadas.
J.D. Salinger
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